La fotografía abstracta renuncia al objeto reconocible, al momento decisivo, a la perspectiva convencional, a la fidelidad, al color, a la precisión del detalle, renuncia a casi todo lo que ha dado éxito a la fotografía convencional. Desconfía de la popularidad de las convenciones y reniega de los dispositivos cuya validez ha sido demostrada por el tiempo: la cámara, la luz visible, la reproducción masificada. No persigue la verdad automática, sino algo muy distinto
La fotografía abstracta es una corriente que existe desde los inicios de la fotografía como un lenguaje autónomo. Es una incógnita en su propia realidad y muchos la califican como “una sugerencia visual, no un acertijo técnico”.
sábado, 10 de abril de 2010
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